El Ser Interior y el Infinito

A priori, debo decir que infinito me suena como un concepto más amplio que el de ser interior, aunque intuyo que el ser interior siente la plenitud del infinito. La diferencia y la similitud que señalo es simple, la misma que tiene la gota y el océano.

Podemos ver que existe una gran diferencia entre una gota y el océano, aunque también puede decirse lo contrario. Tengamos en cuenta esta característica tan sencilla y a la vez, tan misteriosa: la gota es y no es semejante al océano. De la misma forma nuestro Ser Interior es y no es idéntico al universo. 


Ilustración de José Mataloni
Un gota es idéntica al mar en cualidad y cantidad, cuando es una parte indivisible del todo. Sin embargo, cuando una ola se eleva, esa gota se separa y tiene una crisis.

Aunque es igual en cualidad, no cuenta con la fuerza del universo para sentir esa semejanza. Se siente inferior, pequeña,..., se ha individualizado.

Para la gota en este trance, que le parece eterno, se trata de confiar en ella misma, para re-conectar con su experiencia.

Es decir, nuestro ser interior se encuentra ante el dilema de aprender a ser como un pequeño océano, recordando su procedencia. Por cierto, cualquier destino que encuentre será el adecuado para regresar a ese gran infinito,..., de todas formas, sepamos siempre que el viaje fuera de él puede ser muy diferente si uno se encuentra a si mismo.

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