Transformar nuestro Subconsciente.

¿Hasta dónde podemos ver nuestra personalidad, y actitudes? 


Es algo relativamente fácil ver en otro, su personalidad y actitudes, pero cuando nos toca mirarnos a nosotros mismos, los bloqueos salen a la luz, alzamos nuestros sistemas de defensa, y como si fuera poco, podemos negar todo esto, aún cuando sea muy evidente. 

Para comprender mejor esto, y describir que pasa en la realidad, vamos a plantear un juego de dramaturgia, en el que podremos asumir el rol del paciente o del terapeuta. 

Escena Típica

"¡No, yo no estoy enojado!" grita nuestro paciente exasperado. 

Del otro lado del espejo, el terapeuta se puede dar cuenta de esa otra realidad que el paciente pretende esconder. En el rol del terapeuta, es fácil ver que actuamos con paradojas: por ejemplo, si el paciente grita que no está enojado, pues, lo está,..., si hace gala de que es muy suelto, que sabe dejarse llevar, es muy probable que el terapeuta tenga que lidiar con un obsesivo del control. Como pacientes, decimos que no estamos tristes cuando lo estamos, que no mentimos cuando no decimos la verdad, que no juzgamos cuando, implícitamente lo hacemos, partiendo de normativas regias, etc., etc., etc. 

Lo cierto, es que nuestro Ego niega la realidad, porque eso amenaza su existencia.

No se trata de juzgar a nadie en este juego, sólo estamos describiendo lo que nos pasa, a prácticamente todos, a la hora de vernos a nosotros mismos. Por eso, esto puede servirnos tanto si nos toca ser pacientes, o si nos toca ser terapeutas. Es importante tenerlo en cuenta, pues, este suele ser el principal problema para entrar en las partes críticas de nuestro subconsciente y poder transformarlo en sitios saludables.

Aunque generalmente trato de no dar consejos, en este caso, nos va a ahorrar mucho tiempo: 

Para que un encuentro sea saludable, o una sesión terapéutica sea exitosa, debemos estar predispuestos a mirarnos desde fuera de nosotros mismos, como si fuésemos otros. 

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