Es ideal olvidarse de lograr el ideal

I
A menudo cuando me siento a escribir una nota, no sé qué voy escribir. Sin embargo, cuando siento el impulso y puedo seguirlo, en esos momentos salen las mejores notas. El intelecto no se encarga de la idea, sólo de la forma, de la legibilidad y poco más. La idea fluya desde algún otro rincón de la consciencia. Desde ese espacio desconocido, al que sólo se puede acceder sin saber nada previamente. Esto permite lo nuevo, lo que no puede venir de la memoria. 


II
En estos días de principios de año, de cambio de ciclo, es muy normal ver cantidad de pronósticos, por ejemplo, en las redes sociales, en libros de ocasión, etc. ¿Para que necesitamos saber antes lo que nos va a ocurrir? Y si como sugiere la física cuántica, el observador ve lo que quiere ver, ¿acaso no estamos influenciando nuestro futuro con el riesgo de ponerle un techo? 

La respuesta a esas preguntas, no son simples, ni unívocas. Dependerá también de nuestro estado interior. Si las programaciones automáticas de nuestro subconsciente, están esperando una pobre realidad, pues, la profecía puede ser un medio para lograr sacar el subconsciente, de esa especie de ostracismo, o lugar oscuro donde se ha metido. Si la expectativa es muy negativa, no veríamos lo bueno, no prosperaría, o directamente, no sucedería nunca. Entonces, como un bálsamo, puede alguien necesitar de un buen pronóstico. De esa manera, de hecho, está transformando su expectativa subconsciente y por consiguiente, su futuro, en el presente contínuo.


III

Sin embargo, no saber, realmente no saber, no esperar, bien soltar hasta llegar a no tener ninguna expectativa, nos abre "el techo", el límite que pone la mente y el pensamiento,  (y me refiero tanto a la visión negativa, como a "la positiva"), entonces, sólo entonces, lo nuevo, lo inesperado y lo espontáneo puede ocurrir. 


IV

El espíritu es luz, nosotros podemos ser transparentes. Es un ejercicio constante, incluso afligirse por alcanzar ese estado hace más complejo sentirlo, alcanzar el ideal. 


V
Es ideal olvidarse de lograr el ideal, sin olvidar el ideal. 

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