Antes del momento de la mutación de la perspectiva,
uno experimenta una “crisis”, o una “tensión” causada por la resistencia a transformar
aquello que uno ya conoce, y sobre lo que está cimentado el diseño. Es como cuando
explota una semilla para poder ser planta. Como
sabemos, la semilla sufre un dolor lógico y natural, para poder
convertirse en su potencial.
Tensión:
21+5+14+20+9+16+14= 99
Crisis. 3+19+9+20+9+20= 70
La tensión
que causa la crisis nos da 99, el propósito del propósito. Mientras tanto, crisis suma 70. El siete en punto cero.
Por supuesto, esto es una crisis para la identidad, porque no puede agarrarse a
nada. Luego del momento de crisis, la identidad puede desarrollar el nuevo
potencial, que está en el punto 0.
Estas cosas pasan en forma consciente, o inconsciente;
bien si lo elijo, o simplemente, si lo experimento, o me sucede en forma
natural.
Por eso, solo puedes elegir, si permites el
proceso o te resistes. Aunque también, pueden pasar las dos cosas en distintos
grados de combinación.
De todas formas es intenso, como si “algo”,
una cáscara, se desprendiera.
Pero si permites, y no sientes mucha
resistencia, la torsión es más liviana y puedes ver más cuadros en ella, siendo
profundamente didáctica. Si no, simplemente, la sufres, porque no sabes en qué
punto apoyarte.
De tal forma es evidente, entonces, que la
raíz del “trauma” nos saca de la percepción del “presente inclusivo”, el que
contiene al pasado y al futuro. En cambio, en el conflicto ponemos la
conciencia en lo que dice el programa sobre el futuro, o sobre el pasado, en el
foco de la atención.
Cando estás enfocando hacia el pasado o hacia
el futuro, no vibras desde en la misma frecuencia que en el presente inclusivo.
Ese presente con cargas, será “exclusivo”, fuera del eje “Y” o eje vertical.
Si te das cuenta del observador con carga, y
te resultara sencillo detectarlo, también sentirás que es muy fácil distraerse,
y desenfocar lo que estás viendo. Allí puedes rumiar el contenido de la carga:
una opinión, una sensación, pensamientos, etc.
Es interesante experimentar que, a medida que puedas
ver el presente inclusivo, sin cargas, aquellos otros dos tiempos van mutando
por añadidura y te puedes sorprender de lo que se abre, tanto hacia el pasado,
como hacia el futuro. Es decir, el tema neurálgico es que puedas salir de
entuerto de observar el presente con cargas, porque es desde donde vas a
replicar en toda la realidad, pasado y futuro, la carga que sientes en el
presente.
Lo primero a tener en cuenta, como hemos dicho
muchas veces, es poder ver las cargas sin validarlas, y para poder ver de
manera neutral, es importante no rechazarlas o evitarlas. Recordemos también, que vemos solo para informar, no tenemos que hacer
algún esfuerzo por mejorar la carga.
Por eso, es muy importante recalcar tantas
veces que, no es la identidad la encargada de des-validar lo que observas, sino
el mismo observador del vacío que poco a poco va abriéndose espacio en la
realidad. La identidad puede participar, tanto para mostrar sus fronteras, como
para permitir que el vacío opere. También puede hacerlo, dejando de dar
credibilidad al programa, es decir, poniendo en duda sus creencias, y
dejándolas así, sueltas y, como ya dijimos, flexibilizando la mente."
Fragmento del libro "El Nuevo Observador"
de José Mataloni
Fragmento del libro "El Nuevo Observador"
de José Mataloni
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