ACCESO DIRECTO 1

Lo que no se aprende de mirar a quien tienes al lado, y comprender el propio diseño que se exalta, o se aflige, o se apena, o se... o se... no se comprende de conocer el desarrollo lógico del prefijo que tenía la antigua Yugoslavia en el año 1930, o de leernos a la gente que escribimos o hablamos de estos temas, aunque esto, paradójica o no paradójicamente, también tenga una función y una utilidad, y descubrirlo sea extraordinario.
-"Sí, ya lo sé" "eso ya lo vi" "yo ya lo tengo claro""obvio!"...
En realidad, a veces creo que esto es tan sencillo que da calambre, dentro de la absoluta y profunda complejidad que hemos creado. Me da miedo mirar, y por eso no veo. Me da miedo sentir, y por eso no veo. Me da miedo VER y por eso, no veo.
No es lo mismo saber, o darse cuenta, que VER profundamente a mi diseño operando. Ese tipo de VER no es producto de un desarrollo mental, ni de un discurso interno, ni del resultado analítico de que 3 y 24 hicieron raiz cuadrada a 8, sino que es producto de darse cuenta que el discurso interno me impide VER. No es lo mismo SER esa manivela mental (pienso, luego existo), que VER esa manivela mental.
Mientras no quiera VER dentro de mí, o siga sin asumir la vergüenza que me da equivocarme, exponerme, hacer el canelo ante los que quiero, ser el estúpido que siempre tapé... voy a necesitar una “mano que meza mi cuna”, alguien a través de quien conectarme conmigo mismo. Sí, suena incoherente, así que, la identidad lo ve en los demás, describe a los demás como ovejas obedientes, como loros de repetición, y dice “yo ya lo pasé”, “ya me solté” ”yo soy independiente” “yo no me ato a nadie” “yo voy por libre”... pero la raiz sigue absolutamente cómoda, porque ese “yo” que lo dice, está precisamente asentado en lo profundo del inconsciente atado a mami 4, en referencia externa.
Porque el culito se me aprieta, porque da mucho vértigo saber que el ACCESO DIRECTO viene atravesando por esa especie de túnel de vacío feo y frío que no tiene la compañía poética de palabras bonitas. El acceso directo me vincula aún más al otro, y me hace ESCUCHAR al otro en autorreferencia.
Ahí, en medio de la decisión de entrar ahí donde nunca entré, se gesta una Lógica extraordinaria que te permite VER el número, a la antigua Yugoslavia, o al mercado de abastos de tu ciudad, desde otro lugar absolutamente nuevo que te informa. Pero sin la interpretación mental en medio. Si la percepción del número no es INMEDIATA, si necesito pensar para entender qué me dice el número, mejor ni te molestes en perder el tiempo.
La esencia, la base del proceso, está en encontrar mi ACCESO DIRECTO. Lo demás te viene dado, con la más sencilla y amable de las percepciones: la que viene a ti.

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